Rosa Chacel ha cultivado
el mundo de la novela. Esta autora ha escrito un total de ocho novelas. La
primera novela que escribió es Estación.
Ida y vuelta en 1930. Por tanto, queda claro desde el principio lo
importante que es para ella el movimiento de ida y vuelta, especialmente a
través de la novela. De hecho, en sus diarios Alcancía, va a repetir esta misma idea en los títulos. Otras de sus
obras son: Teresa (1941), Memorias de Leticia Valle (1941), La sinrazón (1960) y Novelas antes de tiempo (1981).
Finalmente, quedaría por mencionar su trilogía Escuela de Platón que consiste en: Barrio de Maravillas (1976), Acrópolis
(1984) y Ciencias Naturales (1988).

En cuanto al
estilo, en esta obra prima la descripción sobre el diálogo y la narrativa. Se
trata de una obra reflexiva cargada de momentos muy descriptivos y de monólogos
que nos introducen en el mundo interior de estas dos niñas. Los frecuentes
monólogos, además, ponen en relieve la profundidad poética de la obra. Muchas
de sus descripciones están muy cuidadas, acercándose al lenguaje poético. En
estas descripciones también se puede ver la influencia del realismo,
especialmente en la repetición léxica.
En esta obra
encontramos ciertos componentes autobiográficos. Esta novela está inspirada, en
parte, por la propia infancia de Rosa Chacel. Vivió una infancia en la que se
sintió solitaria, sentimiento que persistió debido al exilio. Un ejemplo claro
de esto lo encontramos en la relación de Elena con su abuela, esa rebeldía que
muestra ante sus imposiciones es también un hecho autobiográfico de la vida de
Rosa Chacel. Además, las dos niñas se encuentran aisladas del mundo que las
rodea. No se muestran sociales, sino introspectivas y solitarias.
Los temas de la
mujer son tratados con profundidad en esta obra. Si bien, debido a la época,
las mujeres quedan en su mayoría relegadas a las tareas del hogar, Rosa Chacel
insiste en la inteligencia y la capacidad de las mujeres. Por otro lado, en la
novela del exilio es importante la figura del profesor. En este caso, se trata
de una profesora que despierta la admiración en las protagonistas. Se nos
muestra como una mujer de fuerte carácter y que ‘mira como un hombre’.
En conclusión,
esta obra se escribió gracias a la inspiración de Rosa Chacel en el vecindario
en que vivió de niña, en Madrid. De ahí el nombre de la obra, que coincide con
el nombre del barrio en que pasó su niñez. Por tanto, en esta novela vamos a ir
encontrando algunos rasgos autobiográficos. Además, se adentra
profundamente en el recuerdo y la memoria, haciendo del pasado un presente.
Estos son temas muy importantes en toda la obra de esta escritora. Finalmente,
cabe destacar que, con esta novela, vemos reflejado el mundo real y la época a
la que pertenece, pero esto acaba palideciendo ante el complejo mundo interior
de ambas protagonistas.
Bibliografía:
CHACEL, Rosa, Barrio de Maravillas
FONCEA HIERRO, Isabel, Rosa Chacel: memoria e imaginación de un tiempo enigmático, Málaga, 1999.
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