CRÍTICA A LOS BUENOS MODALES Y LA PREPARACIÓN PARA LA VIDA SENTIMENTAL DE LA MUJER
ELENA QUIROGA
Educación femenina y masculina a través de la narrativa de Elena Quiroga
De Maja Zovko
LOS BUENOS
MODALES EN LA MUJER
Unas
de las características más importantes en la mujer de posguerra eran la moderación
y la modestia. Llega hasta tal punto que había manuales de cómo ser una mujer
de bien, por ejemplo, Carmen Werner señala: “también hay que evitar que al
andar se balanceen demasiado las caderas. Naturalmente, las piernas deben
moverse, pero evitando ese movimiento de balanceos, que tan ordinario resulta”
(Casero 2000: 47).
Elena
Quiroga en La soledad sonora donde
denuncia la opresiva educación femenina. Zovko añade este fragmento de la obra
como ejemplo:
Demostrar las propias emociones, sentir el
entusiasmo de las ideas, ser vehemente y espontáneo, tampoco era de “buen
tono”. Una muchacha que se respeta debía atrincherarse tras un muro de
distinguida diferencia, no se deja arrastrar por nada ni por nadie: no hacían
concesiones al corazón. […] No se permitían debilidades ni locuras. El exceso
de imaginación era una vulgaridad, y dejarse llevar por fantasía y el anhelo de
libertad una forma de histerismo. (1949: 21-22)
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Mujeres lavando ropa en un río |
En
Tristura la figura de la tía Concha
es la más estricta intentando educar a su sobrina Tadea, por ejemplo:
“Se anda
despacio. Buenos modales […] No se puede andar así exhibiéndose. Pudor. Pudor,
pudor” (Quiroga 1984: 23) “No levantes la voz, no somos sordos. Articula, que
la abuela no te oye” (23). “Hay que saber callar” (93) “Tápate las rodillas. No
cruces las piernas. Las piernas juntas” (23). Además, la relación entre niños y
niñas también es algo tabú y está considerado como libertinaje.
PREPARACIÓN
PARA LA VIDA SENTIMENTAL FEMENINA:
PUREZA Y PUDOR

Zovko añade
que había revistas en las que asesoraban a las chicas para buscar a un hombre
con experiencia. Propone este ejemplo de la revista Medina en la sección “Consúltame”:
El hombre nunca ha vivido lo bastante
antes de casarse…, ni la mujer tiene por qué investigar en lo que no puede ya
haber la menor intervención… El hombre —no lo olvides— es siempre, en igualdad
de fechas e inscripciones en el Registro Civil, mucho más joven que la mujer.
Por eso, para que su espíritu se vaya sedimentando, conviene cogerlos “un
poquito cansados”. (Martín Gaite 2003: 101)
En
la educación de las mujeres la finalidad de todo era contraer matrimonio en un
futuro y ser madre. Incluso, hay revistas como Revista para la mujer (1942) con títulos como este: “El arte de
pescar marido”:
La mujer que quiere jugar limpio, sin
engaños, sin trucos, pisando el mismo terreno masculino de sinceridad y buena
fe es demasiado valiente. Corre el inmenso riesgo de que no la entiendan, de
que no la aprecien y de lo que es peor: de aburrir muchísimo. […] Así, pues,
nada de desanimarse. No hay que olvidar que todo hombre es conquistable. Basta
con desearlo por encima de todas las cosas. Y no importa si el hombre termina
por casarse, aunque sólo sea para que le dejen en paz. (Revista para la mujer
1942: s. p.)
La soledad sonora muestra
a Teresa, hermana de Elisa, se las ingenia para poder conseguir un marido adinerado
gracias a su sabiduría mediante el coqueteo y la indiferencia, es decir, dando
muestras de cariño, pero a la vez poniéndolo celoso con otros hombres. Toma el
matrimonio como un cálculo, un negocio, que se consigue con una serie de
reglas.
En
Escribo tu nombre aparece Odón, el
niño que lloraba ante la dureza de su padre, ya en su edad adulta. Se convierte
en una figura similar a la de su padre, llega a decir que ay dos grupos de
mujeres: las mujeres para divertirse y las mujeres para casarse. Mantiene que
las mujeres son discapacitadas intelectualmente. Todo esto es la consecuencia
de la educación que había recibido desde niño, desde los golpes, amenazas y
castigos de su padre.
En
la novelística quiroguiana se critica la situación de desigualdad que se vivía hasta
hace poco tiempo. Lo consigue especialmente en Tristura y en Escribo tu
nombre.
CONCLUSIÓN DEL ESTUDIO

BIBLIOGRAFÍA
Riddel,
M. D. C. (1988). La escritura femenina en
la postguerra española: análisis de novelas escogidas de Carmen Martín Gaite,
Ana María Matute y Elena Quiroga (Doctoral dissertation, The Ohio State
University).
Zovko,
M. (2011). Educación femenina y masculina a través de la narrativa de Elena
Quiroga. Itinerarios: revista de estudios lingüísticos, literarios, históricos
y antropológicos, (12), 223-238.
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