sábado, 12 de mayo de 2018

Carmen Laforet entre escritores


Desde la publicación de su primera novela e incluso con anterioridad, en el ambiente universitario de Barcelona y Madrid, Carmen Laforet comienza a relacionarse con intelectuales y escritores.
En su juventud mantiene una relación de amistad con María Dolores de la Fe, compañera de bachiller en Las Palmas de Gran Canaria. Esta se convertirá en la escritora de  obras ambientadas en esta isla como Isla espiral (1982) o Las Palmas casi ayer (2008), como también hace Carmen Laforet en La isla y los demonios (1952), contextualizada en Las Palmas.
De la Fe y Laforet, en el centro, flanqueadas por los hermanos Lezcano y junto a otros dos amigos. i LP/DLP
En el centro Carmen Laforet y María Dolores de la Fe con otros amigos
En su etapa universitaria en Barcelona conoce a Ramón Eugenio de Goicoechea, el que será el marido de Ana María Matute, en el ambiente bohemio de pintores y tertulias que se describe en Nada.
Además, le felicitan por Nada a través de cartas autores exiliados como Azorín, Juan Ramón Jiménez, del que aparecen unos versos en el inicio de la novela de su romance titulado “Nada”, el cual forma parte de su obra Leyenda, o Ramón J. Sender, con el que llegará a entablar una profunda amistad.
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Carmen Laforet y Ramón J. Sender
De hecho, con el escritor de Réquiem por un campesino español (1953) se intercambia numerosas cartas, pese a que él está exiliado en Los Ángeles. Estas se recogen en 2003 en la obra Puedo contar contigo. Gracias a esta recopilación epistolar, conocemos de forma más íntima a ambos escritores, ya que intercambian opiniones, deseos, preocupaciones o reflexiones tanto literarias como vitales. Esta obra está formada por 76 cartas, la primera es enviada por Ramón J. Sender desde México en 1947 elogiando a Carmen Laforet por su primera obra, que le impresiona. Sin embargo, esta carta no obtiene respuesta hasta 1965, cuando Carmen Laforet viaja a Estados Unidos con el fin de dar conferencias en distintas universidades y le propone encontrarse en Los Ángeles, donde Sender reside. A partir de este encuentro, las cartas se hacen más frecuentes, por lo que se va forjando una amistad que se mantiene hasta el final de sus vidas. En ellas también se muestra el contraste entre el deseo de regreso del exiliado a España y la, cada vez mayor, decepción de Carmen Laforet con el país. Ramón J. Sender admiraba a Carmen Laforet:
 “Carmen Laforet es una escritora de gran talento y la primera que en la historia española nos da entera y sin disfraz el alma femenina <<desde dentro>>. Naturalmente, solo una mujer podría pretender una tarea tan delicada.” (Laforet y Sender, 2003: 257)
Resultado de imagen de de corazon y de alma fortunPor otra parte, también podemos acceder a la correspondencia que Carmen Laforet intercambió con Elena Fortún, cuyo nombre real es Encarnación Aragoneses Urquijo, escritora de la colección de obras infantiles y juveniles Celia y que se exilió en Argentina. Su relación epistolar se recoge en la obra De corazón y alma (2016) y está formada por 46 cartas que comienzan en 1947 y terminan en 1952, con la muerte de Elena Fortún.
Carmen Laforet la consideraba su maestra, con lo que Elena Fortún se siente profundamente orgullosa: 
“Su divina humildad diciendo (¡usted que es en estos momentos la primera escritora española!) que aprendió a escribir de mí…me conmueve hasta los huesos.” (Laforet y Fortún, 2016: 29)
En una carta a Elena Fortún Carmen Laforet hace referencia a Elena Quiroga y a la obra Viento del norte con la que ganó el premio Nadal en 1950:
“Tú opinas de Viento del norte lo mismo que Manolo. A mí me gustó, quizá porque otros premios Nadal me decepcionaron mucho. El premio del año pasado fue un intento más interesante que este libro (Las últimas horas, de Suárez Carreño), pero un intento para mí frustrado, en tanto que el libro de Elena [Quiroga] ha dado de sí, por lo menos, lo que ella quería. Además, es una mujer, y por eso me gustaría que tenga éxito.” (Laforet y Fortún, 2016: 67)
Como vemos, Carmen Laforet reivindica el papel de la mujer en el premio Nadal, ya que ella lo inauguró, pero hasta 1950 no vuelve a ganarlo una mujer, Elena Quiroga con la obra ya mencionada. De hecho, en la época de la posguerra las únicas mujeres que ganan este premio, aparte de las dos ya citadas, son Nosotros, los Rivero (1952) de Dolores Medio, Siempre en capilla (1953) de Luisa Forrellad, Entre visillos (1957) de Carmen Martín Gaite y Primera memoria (1959) de Ana María Matute. Desde este año hasta 1981 no encontramos a ninguna autora ganadora de este premio.
Imagen de 1953 con varios de los premiados del Nadal. De pie, de...
Ciertos ganadores del Premio Nadal: José María Gironella, José Suárez Carreño, José Félix Tapia, Miguel Delibes,
Carmen Laforet, Dolores Medio y Luis Romero (1953)

Mediante estas cartas también podemos conocer la amistad que Carmen Laforet mantenía con la escritora Carmen Conde, ya que se alude a esta relación. Además, Elena Fortún le advierte a Carmen Laforet en una de sus cartas en 1951 que le va a escribir una joven Esther Tusquets, por lo que suponemos un vínculo entre ambas escritoras:
“Una niña de quince años de Barcelona me ha pedido tus señas para escribirte y se las he dado.” (Laforet y Fortún, 2016: 80)
Cabe destacar su relación durante su estancia en Roma entre 1975 y 1979 con Rafael Alberti, María Teresa León y María Zambrano, importantes intelectuales de la época. 
Carmen Laforet y Rafael Alberti en Trastevere (Roma). Imagen de Francisco Rabal

Aparte de las ya mencionadas, otras escritoras se relacionan con Carmen Laforet o hacen referencia a ella, incluso escriben prólogos para algunas de sus obras, como Josefina Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Carmen Riera, Nuria Amat, Ana María Matute, Rosa Montero o Soledad Puértolas.
Carmen Laforet y su obra Nada fue un símbolo para una generación de posguerra, la misma Josefina Aldecoa afirma: 
“Ya sabéis lo que fue Nada para nosotros, y más para nosotras.” (Fuente, 2002: 57). 
También Ana María Matute reconoce la importancia de Carmen Laforet: 
“En este premio, como en mi propia actividad literaria, fue importante Carmen Laforet, que había ganado con anterioridad otro Nadal, y siempre me ha parecido que fue una de las escritoras, la primera de la posguerra, que nos animó a escribir, a publicar.” (Caballé, 2003: 29)
A pesar del anonimato de Carmen Laforet cuando presentó Nada al Premio Nadal, enseguida periodistas, editores y escritores empezaron a preguntarse quién sería aquella joven escritora. Como hemos visto, en su juventud ya se relacionó con futuros escritores, pero también consiguió captar la atención de autores con una ya larga producción literaria y de las futuras generaciones de escritores, pero, sobre todo, de escritoras españolas.

Bibliografía
CABALLÉ, Anna (2003). Contando estrellas: siglo XX, III tomo de La vida contada por las mujeres. Barcelona: Círculo de Lectores.
- FUENTE, Inmaculada de la (2002). Mujeres de la posguerra. De Carmen Laforet a Rosa Chacel: historia de una generación. Barcelona: Planeta.
- LAFORET, Carmen y FORTÚN, Elena (2016). De corazón y alma (1947-1952). Madrid: Fundación Banco Santander.
- LAFORET, Carmen y SENDER, Ramón J. (2003). Puedo contar contigo. Correspondencia, edición a cargo de Israel Rolón Barada. Barcelona: Destino.
- Carmen Laforet vista por… (2009) en

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