Rosa Chacel es
conocida en varios campos de la escritura. Sin embrago, uno de los que menos cultiva
es la poesía. Tiene dos libros de poemas que, entre 1931 y 1991, se agrupan en
una sola obra: Poesías. Dentro de
esta obra encontramos: A la orilla de un
pozo (1936), Versos prohibidos
(1978) y Homenajes (1989), cinco
poemas inéditos que añade a esta obra.
En su poesía es
muy importante el ‘yo’ poético. Esto enlaza con el resto de su escritura, donde
prima la memoria y la introspección. En su poesía, Rosa Chacel adopta una
actitud erotico-estética, en la línea de lo apolíneo. En estas obras, la autora
trata de comprender al hombre y los fenómenos humanos, valiéndose, para ello,
del recuerdo y la melancolía. En general, el tono de su poesía suele ser
sentencioso, casi aforístico y muy meditativo, en línea de la tradición clásica
española, pero con un toque propio.
A la orilla de un pozo es un libro de
sonetos donde se observa la importancia del surrealismo para la autora. Además,
se puede ver claramente la influencia de las artes, especialmente la escultura.
Aquí se ve el gusto de la autora por el inconsciente, fruto de una sociedad que
reprimía sus inquietudes intelectuales y artísticas debido a su condición de
mujer. Por ello, a menudo, mezcla imágenes surrealistas con la escritura que
procede del subconsciente.
Versos prohibidos se tituló así debido a
la voluntad autocensora de la propia autora. Esto ya nos indica que ella misma
va a ser su mayor censuradora. Rosa Chacel ha admitido creer que su obra no es buena
y que sus versos no son algo que considere favorablemente. De ahí su escasa
producción de poemas. Algunos poemas de esta colección son Encrucijada o Culpa.
En la poesía de
Rosa Chacel abundan los temas mitológicos y los tonos antitéticos de la poesía
conceptual. En esta línea tenemos poemas como, por ejemplo, Narciso, Apolo o Antinoo. También
rescata temas de la literatura española tradicional. En este campo podemos ver,
por ejemplo, el poema Urganda la
Desconocida por Delacroix, en el que habla sobre un personaje legendario de
la tradición caballeresca de España. En concreto se trata de un personaje clave
en el Amadís de Gaula de Garci
Rodríguez.
Algunos de los
poemas que podemos encontrar de esta autora están dedicados a amigos y
conocidos, como en el caso de Una música
oscura, temblorosa…, dedicado a María Zambrano. Otros poemas los dedicará a
María Teresa León y Luis Cernuda, por ejemplo. Así pues, en total nos
encontramos con más de 30 sonetos dedicados a amigos y compañeros.
Esta autora
estuvo presente en el mundo de las traducciones. Para Rosa Chacel, la labor de
traducción no fue solo un ejercicio de escritura, sino un modo de ganarse la
vida y seguir en contacto con el mundo editorial. En sus diarios se pueden
encontrar diversos apuntes sobre algunas de las traducciones que estaba
realizando, su progreso y su pensamiento al respecto.
Ella era muy
consciente de lo importante que era para un autor el ser traducido a otros
idiomas, aunque este campo no le diera gran reconocimiento como escritora.
Además, era bastante pesimista respecto a las posibilidades de este campo. De
hecho, se rechazan varias veces las traducciones de sus novelas a otros
idiomas, lo que afianza su negativismo respecto al reconocimiento de su obra.
Entre los libros
que tradujo hallamos varios idiomas: inglés, alemán, francés,
griego, italiano y portugués. El francés era ya la segunda lengua de los
españoles cultos de principios del siglo XX y, además, Rosa Chacel pasó varias
temporadas en París. Pasó también cinco años en Roma, lo que ayudó con su
competencia en el idioma italiano. Debido a sus estancias en Brasil, dominaba
el portugués. Sin embargo, tenía grandes dificultades con el inglés,
aunque no dejó que esto la frenara.
Su primera
traducción es La peste de Camus,
publicada en 1948. Esta obra tendrá numerosas reediciones y no llegará a España
hasta 1957 debido a la censura.
Es en la década
de los cincuenta cuando publica la mayor cantidad de traducciones. En 1955
realiza la traducción de La dama no es
para la hoguera de Chistopher Fry, y,
en ese mismo año, publica Venus observada.
En 1957, realiza la traducción de la obra de un amigo Nikos Kazantzakis, Libertad o muerte. Esta traducción le costó
mucho, por la propia traducción y el ritmo riguroso de esta; y también por las
pocas ganas de seguir en contacto con su amigo. En 1964 publica la traducción
de Teoría del arte de la vanguardia
de Renato Poggioli, encargada por la Revista
Occidente. Esta traducción la realiza durante un año en Río de Janeiro.
La autora
traduce un conjunto de obras de Jean Racine a lo largo de los años. En 1958
publica las tres primeras en Buenos Aires y, en 1983 un conjunto de seis en
Madrid. Este proyecto lo emprende por voluntad propia. Tiene también cierta
afinidad hacia Cocteau y participó en la traducción de tres de sus tragedias: Antígona, Reinaldo y Armida. Además
de todo esto, hace varias cooperaciones y arreglos estilísticos de traducciones
para varias editoriales.
La mayoría de
sus traducciones se dan una vez se ve obligada a exiliarse de España. Esto nos
indica que se vio en la necesidad de utilizar la traducción como un recurso
económico para salir adelante. A partir de los años sesenta, cuando ya empieza
a tener otro tipo de ingresos, la cantidad de traducciones se reduce
considerablemente.
Para saber más…
Selección de poemas de Rosa Chacel
Rosa Chacel – Poemas (Última consulta: 13/05/18)
Bibliografía:
BEHIELS, Lieve, Rosa Chacel: novelista y traductora española exiliada, Cuadernos de traduçao Vol. 38, 2018.
RUIZ BAÑOS, Sagrario, Poesía (1931 – 1991), Monteagudo: revista de literatura española, hispanoamericana y teoría de la literatura, 1993
SANZ ROIG,
Diana, Origen del yo poético femenino: la
escritura de Rosa Chacel, Campus stellae: haciendo camino en la
investigación literaria, 2006.
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