martes, 15 de mayo de 2018


UN REPASO A MARÍA TERESA LEÓN: LA CONCLUSIÓN

Con el paso de los años, muchas de las autoras españolas de la segunda mitad del siglo XX resurgen de la sombra para permitirnos disfrutar de sus producciones literarias. María Teresa León será una de esas autoras que, durante su vida, estuvo oculta bajo la importante influencia de muchos escritores de su época, como los de la generación del 27 y, en especial, bajo la estela de su marido, Rafael Alberti.

Tras una rápido vistazo por la vida y obra de María Teresa, hemos podido observar cómo ella centró toda su vida en la literatura. Fue una mujer que, desde joven, se interesó por los libros de autores cultos e influyentes, pero, sobre todo, supo admirar la gran cultura de la que se nutrió durante esos años. Gracias a estos primeros acercamientos al mundo literario, María Teresa mostró un gran interés por convertirse en una más entre todos ellos.

Aunque, en muchas ocasiones, perdió la batalla contra la sociedad y las reglas vigentes, que favorecían al hombre, ella continuó manifestando todo su interior. A pesar de que en todas sus obras se percibe el mismo interés por el recuerdo, nos encontramos con la utilización de diferentes motivos para transmitirlo. Mientras que, con sus cuentos, transmitía un mundo basado en la tradición folclórica e infantil, con sus novelas mostraba personajes que influyeron de manera positiva en su vida. Por otro lado, a través del teatro y de sus ensayos se observa la perseverancia en su crítica. Sus obras, por tanto, son ejemplo del entorno culto y moderno en el que se crio.

María Teresa encontró en la escritura su vía de escape, pero, a su vez, esta actividad resultó ser el medio a través del cual podía expresar todo lo que sentía y, en muchas ocasiones, no pudo decir. Gracias a la producción literaria que conservamos de ella, podemos conocer, en gran medida, a esa mujer que quiso dar a conocer sus propias vivencias. Para ella, la escritura era su gran pasión, pero no se quedó solo ahí.

Durante años, puso en práctica sus ideas colaborando en diferentes proyectos con la intención de reclamar una sociedad mejor. Por tanto, María Teresa resultó ser una figura muy importante por su gran labor durante la Guerra Civil española. Jamás renunció a sus ideales y, a causa de ello, tuvo que salir de su patria. En sus múltiples viajes por Europa, disfrutó de las nuevas experiencias y del conocimiento que le proporcionaron, pero siempre le quedó el recuerdo melancólico de su tierra natal y el dolor del sufrimiento de sus amigos y conocidos.

Esa tristeza cubrirá las palabras de sus obras. Sus recuerdos volverán constantemente a su pensamiento para traerle todas aquellas obras y aquella cultura de la cual se alimentó durante años y que nunca olvidará. Para ella, sus raíces y los personajes que encontró en ellas fueron unos grandes modelos a partir de los que María Teresa sacó toda su fuerza y valor para enfrentarse a las situaciones de su vida. Con esa misma fortaleza, ella manifestó su perspectiva, reivindicando a la mujer como un ser con derecho a las mismas oportunidades que tenían los hombres. Su valiente personalidad fue la que le impulsó a dejar atrás una vida en la que ya no era feliz para alcanzar sus sueños. La decisión de abandonar a su marido, en mi opinión, fue una acción llena de coraje.

María Teresa tuvo que sufrir el desprecio y el rechazo de varios miembros de la familia de su marido, pero solo regresó con él por su hijo Gonzalo. Poco tiempo después, fiel a su temperamento y aceptando las consecuencias, renunció definitivamente a su matrimonio. Ella demostró ser una mujer llena de valentía que no soportaba vivir junto a un hombre con el que no era ni libre ni feliz.

Este hecho marcó mucho el resto de su vida y, aunque no fue valorada como se debía, en especial por los hombres, siguió manifestando su arte a través de sus obras. Ella siempre prefirió usar las vidas de sus personajes para expresar los sentimientos y las sensaciones que ellos tenían. Por ello, su producción literaria se basa en esa sensibilidad que expresa, no solo sus propias experiencias, sino también las de las figuras más importantes de su vida. Una de esas figuras fue Rafael Alberti, a quién se refería siempre con profunda devoción y amor.

Como consecuencia, nos encontramos a una mujer con una gran sensibilidad que ha sabido mostrar su vida y los sucesos históricos de su tiempo. Ella es, a la vez, un modelo a seguir del que me parece necesario aprender. La importancia de María Teresa radica en el valor que demostró en todos los instantes de su vida, atreviéndose, en muchas ocasiones, a actuar, sin dejar que las críticas le obligaran a encarcelar a su espíritu. El recuerdo de la superación de todos esos obstáculos, al igual que el del dolor de la pérdida, será el aspecto fundamental que le acompañará a lo largo de toda su vida y que le permitirá evolucionar, transformándose en una mujer más fuerte, pues, para ella, “vivir no es tan importante como recordar”, como expresó en Memoria de la melancolía.

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