UN
REPASO A MARÍA TERESA LEÓN: LA CONCLUSIÓN
Con
el paso de los años, muchas de las autoras españolas de la segunda mitad del siglo
XX resurgen de la sombra para permitirnos disfrutar de sus producciones literarias.
María Teresa León será una de esas autoras que, durante su vida, estuvo oculta bajo la importante influencia de muchos escritores de
su época, como los de la generación del 27 y, en especial, bajo la estela de su
marido, Rafael Alberti.
Tras
una rápido vistazo por la vida y obra de María
Teresa, hemos podido observar cómo ella centró toda su vida en la literatura.
Fue una mujer que, desde joven, se interesó por los libros de autores cultos e
influyentes, pero, sobre todo, supo admirar la gran cultura de la que se nutrió
durante esos años. Gracias a estos primeros acercamientos al mundo
literario, María Teresa mostró un gran interés por convertirse en una más entre
todos ellos.
Aunque,
en muchas ocasiones, perdió la batalla contra la sociedad y las reglas
vigentes, que favorecían al hombre, ella continuó manifestando todo su
interior. A pesar de que en todas sus obras se percibe el mismo interés por el
recuerdo, nos encontramos con la utilización de diferentes motivos para transmitirlo.
Mientras que, con sus cuentos, transmitía un mundo basado en la tradición
folclórica e infantil, con sus novelas mostraba personajes que influyeron de manera
positiva en su vida. Por otro lado, a través del teatro y de sus ensayos se observa la perseverancia en su crítica. Sus obras, por tanto,
son ejemplo del entorno culto y moderno en el que se crio.
María
Teresa encontró en la escritura su vía de escape, pero, a su vez, esta
actividad resultó ser el medio a través del cual podía expresar todo lo que
sentía y, en muchas ocasiones, no pudo decir. Gracias a la producción literaria
que conservamos de ella, podemos conocer, en gran medida, a esa mujer que quiso
dar a conocer sus propias vivencias. Para ella, la escritura era su gran
pasión, pero no se quedó solo ahí.
Durante
años, puso en práctica sus ideas colaborando en diferentes proyectos con la
intención de reclamar una sociedad mejor. Por tanto, María Teresa resultó ser
una figura muy importante por su gran labor durante la Guerra Civil española.
Jamás renunció a sus ideales y, a causa de ello, tuvo que salir de su patria.
En sus múltiples viajes por Europa, disfrutó de las nuevas experiencias y del
conocimiento que le proporcionaron, pero siempre le quedó el recuerdo
melancólico de su tierra natal y el dolor del sufrimiento de sus amigos y
conocidos.
Esa
tristeza cubrirá las palabras de sus obras. Sus recuerdos volverán
constantemente a su pensamiento para traerle todas aquellas obras y aquella
cultura de la cual se alimentó durante años y que nunca olvidará. Para ella,
sus raíces y los personajes que encontró en ellas fueron unos grandes modelos a
partir de los que María Teresa sacó toda su fuerza y valor para enfrentarse a
las situaciones de su vida. Con esa misma fortaleza, ella manifestó su
perspectiva, reivindicando a la mujer como un ser con derecho a las mismas oportunidades
que tenían los hombres. Su valiente personalidad fue la que le impulsó a dejar
atrás una vida en la que ya no era feliz para alcanzar sus sueños. La decisión
de abandonar a su marido, en mi opinión, fue una acción llena de coraje.
María
Teresa tuvo que sufrir el desprecio y el rechazo de varios miembros de la
familia de su marido, pero solo regresó con él por su hijo Gonzalo. Poco tiempo
después, fiel a su temperamento y aceptando las consecuencias, renunció
definitivamente a su matrimonio. Ella demostró ser una mujer llena de valentía que no soportaba vivir junto a un hombre con el que no era ni libre ni feliz.
Este
hecho marcó mucho el resto de su vida y, aunque no fue valorada como se debía,
en especial por los hombres, siguió manifestando su arte a través de sus obras.
Ella siempre prefirió usar las vidas de sus personajes para expresar los
sentimientos y las sensaciones que ellos tenían. Por ello, su producción
literaria se basa en esa sensibilidad que expresa, no solo sus propias experiencias, sino también las de las figuras más importantes de su vida. Una
de esas figuras fue Rafael Alberti, a quién se refería siempre con profunda
devoción y amor.
Como
consecuencia, nos encontramos a una mujer con una gran sensibilidad que ha
sabido mostrar su vida y los sucesos históricos de su tiempo. Ella es, a la
vez, un modelo a seguir del que me parece necesario aprender. La importancia de
María Teresa radica en el valor que demostró en todos los instantes de su vida,
atreviéndose, en muchas ocasiones, a actuar, sin dejar que las críticas le
obligaran a encarcelar a su espíritu. El recuerdo de la superación de todos
esos obstáculos, al igual que el del dolor de la pérdida, será el aspecto
fundamental que le acompañará a lo largo de toda su vida y que le permitirá
evolucionar, transformándose en una mujer más fuerte, pues, para ella, “vivir
no es tan importante como recordar”, como expresó en Memoria de la melancolía.
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