viernes, 4 de mayo de 2018

MARÍA TERESA LEÓN, UNA VIDA EN LA SOMBRA 



María Teresa León Goyri nació en 1903, el 31 de octubre en La Rioja, en una familia vinculada al ejército. Desde que era pequeña estuvo viviendo en diferentes ciudades, entre las que destacan Logroño, Burgos y Madrid, donde se estableció. Allí conoció a dos personajes fundamentales en su vida y en su producción literaria: María Goyri, su tía, que se doctoró en Filosofía y Letras, y a su esposo, Ramón Menéndez Pidal, quién fue maestro de María Teresa en el arte literario. Ella acabó siguiendo los pasos de su tía e ingresó en el Instituto Libre de Enseñanza y se licenció en la misma carrera.  

Siendo muy joven, María Teresa contrajo matrimonio con Gonzalo de Sebastián Alfaro en 1920, con quién tuvo dos hijos. Durante su juventud comenzó a escribir para el Diario de Burgos con el seudónimo de Isabel Inghirami. Cuando María Teresa conoció a su gran amor, Rafael Alberti, decidió divorciarse en 1933 y escaparse a Mallorca donde se casó de nuevo. Gracias a una pensión, la pareja pudo viajar por Europa para poder estudiar el movimiento teatral en dicho continente. Juntos crearon la revista Octubre donde publicará su obra Huelga en el puerto en 1933. Además, acudió al Primer Congreso de Escritores Soviéticos. Cuatro años después, María Teresa adaptó una versión de La destrucción de Numancia. Este fue su primer contacto con Miguel de Cervantes, quien estará presente en toda su obra. 


En su amplia producción literaria uno de los géneros que desarrolló fue la cuentística. De sus siete colecciones de cuentos destacan: Cuentos para soñar (1928), La bella del mar de amor (1930), Cuentos de la España actual (1935), Morirás lejos (1942) y La peregrinaciones de Teresa (1950), entre otros. En algunos de ellos se puede observar la referencia a Alberti. En 1934, María Teresa colaboró con su marido para escribir Marinero en tierra, aunque la autoría le concedida a Rafael Alberti. También desarrolló la novela con obras como El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer (1946), Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1954) y Doña Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos los deberes (1960), entre otras. En cuanto a teatro, María Teresa escribió obras como La tragedia optimista (1937), entre otras. También se dedicó a escribir ensayo y guiones cinematográficos.

Desde joven ya tuvo dificultades para encajar dentro de la sociedad. La melancolía será un sentimiento que le acompañará durante toda esa primera etapa de su vida. María Teresa no fue considerada por los escritores de su generación como una autentica artista, sino que siempre la vieron como la compañera sentimental de Alberti. Aun así, hubo algunos escritores como Federico García Lorca, con quién si tuvo relación, que la valoraron como tal. Entre ellos, se encuentra Rosa Chacel. Ambas compartían su gran amor al cuento como género narrativo.


Cuando estalló la guerra civil española, María Teresa decidió dedicarse a luchar por el arte y la literatura realizando diferentes iniciativas, como en la Alianza de Escritores Antifascistas en la que fue secretaria, y en la Junta de Defensa y Protección del Tesoro Artístico Nacional. Tras la guerra, el matrimonio tuvo que exiliarse a París y después a Argentina donde nació su hija Aitana en 1941. Tras estos años en el extranjero, regresaron a España en 1977. En poco tiempo, comenzó a perder la memoria a causa del Alzheimer. Falleció el 13 de diciembre de 1988.  

            
Bibliografía y webgrafía
  • León, María Teresa (1999), Memoria de la melancolía, Barcelona: Galaxia Gutenberg. 
  • León, María Teresa (2004), Doña Jimena Díaz de Vivar, Gran Señora de todos los deberes, Madrid: Editorial Castalia.
  • María Teresa León: http://escritoras.com/escritoras/Maria-Teresa-Leon (Última consulta: 03/05/18) 

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