lunes, 14 de mayo de 2018

María Lejárraga y su pasión por el teatro


En esta entrada vamos a ver la actividad teatral de María Lejárraga. Compartía su pasión por el teatro con su marido Gregorio Martínez Sierra y juntos crearon una de las compañías teatrales más relevantes del siglo XX.

María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra se conocieron gracias a la afición que sentían ambos por acto teatral. Iniciaron una relación de teatro que acabó con un final casi feliz: el matrimonio. Al principio, María y Gregorio se atraen por lo que saben, por lo que piensan y por lo que quieren hacer en el futuro. Fue un “flechazo literario”. La colaboración entre ellos los primeros años fue perfecta y les hizo hacer numerosas amistades: Ayala, Benavente, Valera, Pardo Bazán, etc. Estos autores, junto con Darío y Juan Ramón Jiménez, colaboraban en la revista Helios. Esta revista modernista, teóricamente, dirigía Gregorio pero, en la práctica, María era la directora. El matrimonio también colaboró en musicales de otros autores, como El sombrero de tres picos y El amor brujo del compositor Manuel de Falla o Margot de Turina.


Durante las primeras décadas del siglo XX, el teatro de María Lejárraga, por lo tanto, se representaba bajo la compañía Cómico-Dramática Gregorio Martínez Sierra, con la que consiguieron un éxito sin igual. Estos años publicaron numerosas obras, donde destacan Canción de cuna (1911), Las Golondrinas (1914) o El reino de Dios (1916).

A partir de 1916, la perfecta relación entre María y Gregorio, tanto en el ámbito personal como en el profesional, se vio comprometida por la infidelidad de Gregorio con Catalina Bárcena, la primera actriz de la compañía. Muchas de las obras escritas a partir de entonces tienen como eje el conflicto sentimental, aunque casi siempre con final feliz. El triángulo amoroso era una de sus fórmulas más repetidas, convirtiéndose en las claves de su éxito. La relación profesional entre ambos duró, con bastantes altibajos, hasta la muerte de Gregorio en 1974. Desde que nuestra autora se exiliara a Argentina por la dictadura hasta la muerte de Gregorio, del que ya se había divorciado, fueron numerosas las cartas que se enviaron. En ellas se evidencia una relación 'cordial' entre ellos y se ve claramente que María escribía las obras y se las enviaba a Gregorio para que este las publicara.



En cuanto a la censura franquista, tras la Guerra Civil, el nombre de María Lejárraga no era bien aceptado por los franquistas por su vinculación a la República, por lo que el hecho de que las obras aparecieran firmadas por su marido facilitó que algunas de ellas, no todas, pudieran ser representadas. Sin embargo, los franquistas también estigmatizaron el nombre de Gregorio, por lo que decidió exiliarse. Tras el exilio de ambos, las compañías teatrales españolas intentaron representar obras de la compañía Martínez Sierra. Sin embargo, durante los primeros años de la dictadura no se vieron obras teatrales del matrimonio. A partir del año 45 empiezan a representarse algunas de sus obras, como Madame Pepita, Mujer y Canción de cuna, el texto teatral más conocido de María y Gregorio. El texto más conflictivo que presentaron ante los censores franquistas fue La hora del diablo. La obra está protagonizada por una mujer que siente la necesidad de abandonar a su marido y al final se marcha con un joven. Tras varios intentos, finalmente fue aceptada en 1951. A partir de los años 60 decae la representación de las obras de teatro de los Martínez Sierra en favor de las comedias de Alfonso Palo, en el bando franquista, y las obras de realismo social, en el bando de oposición al régimen.

María Lejárraga, como se ve en las cartas que le envió a su amiga y a su hermano desde el exilio, nunca perdió la esperanza de poder volver a España y que sus obras se editaran aquí. Sin embargo, era consciente de las dificultades que encontraría por la censura franquista.

Una de las últimas obras teatrales que escribió María, ya con 84 años, fue Fiesta en el Olimpo, publicada en 1960. Está compuesta por cuatro obras: Tragedia de la perra vida, El amor vuela, Es así y Sueños en la venta. Es la única obra teatral que, por fin, aparece firmada con el nombre de María Martínez Sierra. Las obras no hacen referencia a la realidad, aunque sí que se puede ver alguna alusión a la Guerra Civil y al exilio. 

Estas obras difieren del teatro escrito con Gregorio ya que presentan un final drástico y pesimista, a diferencia de los finales felices que caracterizaban sus obras anteriores. Se puede notar el paso del tiempo en María en la caracterización de sus personajes ya que mientras antes las obras estaban protagonizadas por mujeres jóvenes y modernas, ahora las mujeres son ancianas. Las cuatro obras están encabezadas por un prólogo donde María hace reflexiones existenciales y deja ver, tanto a los lectores como a sí misma, que sigue viva y que sigue teniendo creatividad artística.




Como conclusión, podemos decir que el teatro fue una de las grandes pasiones de María Lejárraga. Durante la primera mitad del siglo XX, sus obras consiguieron un éxito sin igual que decayó tras la Guerra Civil debido a la censura franquista. Como último apunte, debemos dejar claro que no se sabe con total seguridad qué obras fueron escritas solo por Lejárraga o en cuáles colaboró también su marido. Sin embargo, tal y como se puede observar en las cartas que se escribieron María y Gregorio y en su libro Gregorio y yo: medio siglo de colaboración, Lejárraga participó activamente en la producción y escritura de la mayoría y, probablemente, casi todas fueron escritas solo por ella.


Bibliografía:

Cáliz, B. M. (2014). El teatro de María y Gregorio Martínez Sierra ante la censura franquista. En F. Vilches-de Frutos, P. Nieva-de la Paz, J.-R. López GARCÍA, & M. Aznar Soler (Edits.), Género y Exilio Teatral Republicano: Entre la Tradición y la Vanguardia (págs. 135-149). Amsterdam - New York: Rodopi.


Puerta, J. E. (2014). Ecos identitarios en la obra teatral de María Martínez Sierra en el exilio republicano. En F. Vilches-de Frutos, P. Nieva-de la Paz, J.-R. López García, & M. Aznar Soler (Edits.), Género y Exilio Teatral Republicano: Entre la Tradición y la Vanguardia (págs. 151-164). Amsterdam - New York: Rodopi.

Rodrigo, A. (2005). María Lejárraga: una mujer en la sombra. Barcelona: Algaba.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu entrada, Carla, y cómo has unido el teatro con la vida personal de la escritora. Solo una duda. Tenía entendido que la revista 'Helios' pertenecía a Juan Ramón Jiménez, pero a lo mejor estoy equivocada.

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    1. Gracias por tu pregunta, Cristina.

      Es una idea bastante generalizada la de que Juan Ramón Jiménez era el director de la revista modernista 'Helios'. Sin embargo, esto es erróneo. Juan Ramón Jiménez, junto con más poetas, fue el promotor de la revista. Sin embargo, realmente, la directora de la revista era María Lejárraga.

      María, su marido Gregorio y Juan Ramón eran unos amigos inseparables. Se veían a menudo y se escribían cartas. Juan Ramón escribía muchos poemas para la pareja, para María, y para la revista.

      Por lo tanto, aunque también se dijera que Gregorio o Juan Ramón eran los directores, en la práctica, María Lejárraga era la que dirigía todos los asuntos de negocios.

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